El lunes 4 de Marzo, los alumnos de 1 de Bachiller asistimos a la residencia de ancianos de Costa d'en Blanes, donde queríamos llevar a cabo una serie de cuestionarios, y establecer conversación con los ancianos residentes del lugar. A pesar de que tanto ellos como nosotros habíamos preparado una serie de preguntas y ellos la contestación la mayoría de nosotros mantuvimos una conversación con varios de ellos para conocerles mejor y entretenerles. Unos cuantos compañeros y yo, estuvimos hablando con una mujer, Josefina, una mujer aragonesa con la que, al menos yo, conseguí coger total confianza y sentirme cómoda conversando con ella. Nos contó que a pesar de que la memoria ya le fallaba bastante, el momento de su vida en el que se encontró más feliz, fue aquel en el que con tan solo 26 años, ya casada, recorrió la vuelta al mundo junto a su marido. No nos lo pudo contar detalladamente, puesto a que no se acordaba, pero como ella contaba, fue una gran época de su vida. Nos habló de las casualidades de la vida, como por ejemplo, cuando conoció a su marido, ella con tan solo 20 años se fue a Barcelona, y coincidieron en el avión. El momento más emotivo que en mi opinión compartimos todos, fue cuando Josefina nos comentó lo rápido que había pasado la vida, y que después de vivir su infancia en un pueblo de Aragón y pasar el resto de su vida en Barcelona, nunca pensó que acabaría con 89 años en una residencia " perdida" como dijo ella, en Mallorca. Nos comentó que ya que su marido y sus dos hijos murieron de cáncer únicamente le quedaban tres nietos, los cuales viven en diferentes partes del mundo, menos uno, que la va a visitar de vez en cuando.
Conversar con ellos fue una experiencia muy agradable, a pesar de lo duro que fue soportar las lágrimas de alguno al hablar de su pasado, y yo creo que está bien para reflexionar de lo corta que es la vida y de lo mucho que nos queda por realizar.
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